Bulevar de Sabana Grande, cerca del siempre presente callejón de la puñalada. L@s Fulan@s con una pata coja, somos la mitad de lo que usualmente somos pero aquí estamos l@s que estamos, con todas las ganas de recitar.
06:40 pm y el lugar donde se había quedado que sería no esta, no encontramos a ninguna de las personas que debíamos contactar al llegar aquí, pero nos encontramos con Carol y con muchísima gente conocida y es que, eso de que al final siempre es la misma gente en este tipo de cosas como que es cierto. La carpa donde serian los recitales nunca existió, las fulanas de respaldo no llegaban pero finalmente apareció el tan buscado Ángel que nos dijo eso que tanto habíamos temido, el lugar elegido para la poesía ere ese mismo que, luego de la tarima principal, era el peor lugar para hacerlo.
Que vaina con la gente que no entiende que esto de la poesía necesita de un espacio, un lugar. No pedimos un súper teatro ni una tarima llena de luces, con que podamos y puedan escucharnos es más que suficiente… pero no podíamos, nadie podía y la molestia aumentaba con cada retumbar de la música alta y confundida. La masa sin rostro aglutinándose en cualquier lugar sin percatarse que est@s fulan@s estaban considerando efectuar un acto de rebeldía y pirar, al menos para sentirnos un poco mejor con nosotr@s mism@s.
Pero no nos dieron tiempo de pensarlo mucho, ahí mismito se comenzaron a llenar las pocas sillas que se encontraban en el improvisado teatrín. Un par de caras conocidas y un par de fulanas de respaldo para completar un grupo de cuatro fulanas y un fulano, como hace un año cuando comenzamos de lleno todo esto y nos veíamos todas las semanas para escucharnos nuestros nuevos poemas y discutir como haríamos realidad los tantos sueños que lanzábamos en tierra de nadie. Ya con tod@s l@s que estaríamos ahí ese dia y con la certeza no aceptada de que o comenzábamos asi, rebeldemente, combatiendo en contra del ruido y el trajin muy propio del bulevar o nos dejábamos aplastar, vencernos.
Se leyeron poemas con fuerza, con rabia, con alegría naciente también… porque la poesía lo abarca todo, leimos entre gente que iba y venia, se sentaba o se quedaba por ahí con las cámaras medio ocultas entre las manos y los bolsos, con el micrófono sin volumen y con los que también se animaron a leer sacando sus poemas de los bolsillos, de sus teléfonos o de sus memorias. Asi se sumaron tod@s los presentes desde sus asientos o desde el micrófono, tod@s, hasta Batman que andaba por ahí y quedo retratado entre nuestras fotos.
De repente todo termino, nuestro alrededor volvió a la normalidad momentánea del festival y l@s poetas bajaron del Olimpo y se volvieron invisibles, invisibles hasta el próximo recital.
Batman es un fulano mas.
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