Después de eso nos tocaba a Los Fulanos dar la pelea, y como dijo Oscar: “No es la primera vez (ni será la última agrego yo) que nos enfrentamos a los dinosaurios”. La gente ya estaba emocionada con la actividad anterior. Se formó un grupo riquísimo, circular, como todos nuestros grupos. Varios Fulanos estaban acontecidos y sólo pudieron llegar a la actividad Patricia, Pirulo, y Marijo que ya estaba allí. Nos acompañó Oscar Sotilllo de la Mancha y el querido poeta colombovenezolano Luis Darío Bernal Pinilla. Pat nos conmovió con su poema sobre Napoléon, el de la esquina de su casa que “Tomará otra vez la Bastilla por asalto” y ante el cual “somos tan culpables”, y criticó duramente (como se debe) los esquemas estéticos que se nos imponen a las mujeres, con ese poema suyo sobre las siliconas. Pirulo nos hizo reír y gozar con su “Oda a la empanada” en la que clamamos a coro: “ruega por nosotros”, y una vez más le cantó a su ex-novia y todos nos solidarizamos con él. Oscar se nos presentó con poemas sobre la casa, el hogar y el amor, desbordante de ternura. Luis Darío nos hizo reír y enternecernos con sus poemas “Tu Renault pequeño” y “Mujer sin S”. Marijo recordó a su abuelo poeta, campesino que se mece “en el chinchorro de la palabra / sin más ni más / desnudo” y leyó su poema que grita “No me digas mami”. Muchas más cosas leímos, muchas sonrisas y risas y jodedera compartimos una vez más. Cuando nos dimos cuenta, el grupo había crecido y ya no había sillas para todos. Dos personas del público recitaron también poemas de memoria, micrófono en mano. Una vez más estaban allí, ante nosotros “los poderes creadores del pueblo”. Ésa nuestra gente que nos oye y nos sonríe, y nos brinda también su palabra. Sí es posible pues, unir nuestras voces y nuestra lucha, y la gente lo agradece, vibra y lo celebra también. Después de la actividad, que duró bastante rato, nos despedimos con abrazos y el cariño de siempre. Cayó la lluvia y fue lavándonos el alma a todos, hasta el próximo encuentro.
POESÍA O MUERTE!!!!
VENCEREMOS
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